En un país con una historia de tal oscuridad, la apropiación de bebés y niños pareciera haber quedado como patrimonio exclusivo de la última dictadura cívico militar tanto para el Estado y el poder judicial, como para gran parte de la sociedad; síndrome de lo aparentemente aceptado que históricamente ha sido y es tal aberración.
Misael Bustos documenta un puñado de casos a lo largo y ancho del país, abarcando situaciones que no solo se abocan a la década de los ’70 y ’80, sino que intentan desnudar lo internalizado que los argentinos, solo por dar un ejemplo de país, tienen aquellos sucesos y como el funcionamiento de estratos sociales traccionan para satisfacer las necesidades de ciertos sectores.
La mirada ignota de la justicia y las autoridades frente a la infinidad de casos que suceden, y todos aquellos que ya han acontecido a lo largo de las décadas y siglos, es la contundente evidencia de la sordidez y soledad por la que sus víctimas deambulan, en el relato tan costumbrista y abrumador de la apropiación y robo de infantes que predomina socialmente.
De un carácter clásico y típico, este documental busca denunciar y amoldar una expectante bola de nieve que pareciera comenzar a rodar por una pendiente irregular, en la que esperamos pueda erradicar tales situaciones de crueldad y horror que tan naturalizadas están en la alta alcurnia, como así también han alcanzado por derrame al proletariado.
JULIÁN NASSIF